lunes, 17 de marzo de 2014

Animales salvajes del trópico (III)

Hermoso ejemplar salvaje de jaguar venezolano


En mi última entrada me referí a los insectos tropicales. Hay tantos y son tan variados que, la verdad, es dificil de explicar. Desde luego, hay insectos en todas partes pero aquí parece que son extra-abundantes. Mi peor recuerdo de los mosquitos, aparte de las experiencias en las selvas de Orinoco fue una vez que decidimos irnos a la playa, un viernes por la noche.

Empacamos nuestros petates, una carpa (tienda de campaña, en el español de venezuela) incluida y nos fuimos, carretera adelante, hasta un lugar que tiene una espléndida playa tropical de esas que sólo se ven en las películas: cocoteros, arena suave, brisa marina, la luna en el fondo, la quietud y el canto de los insectos (siempre hay insectos aquí). La playa está a unos 35 Km de Valencia y se llama Patanemo (bahía de Patanemo). Pues bien, montamos nuestra carpita y nos dispusimos a comer un bocadillo y después, ya algo cansados irnos a dormir.

De pronto llegó una nube de mosquitos. No cien o mil, sino millones, millones por todas partes. Se hizo dificil respirar pues se metían por la nariz y por más que te taparas, te acribillaban a mordiscos y picaduras. Ni el repelente de mosquitos tuvo efecto. La escena no duró mucho. Convencidos de que ni dentro de la carpa se podía escapar, decidimos desmontarla, recoger los bártulos y, ... regresar a casa, de donde habíamos salido apenas unas horas antes.

Y es que, en ciertas playas, la plaga se presenta en la mañana y al anochecer. Pero un plaga insoportable, que se te pega y no hay forma de evitarla. Una solución, que funciona muy bien, es hacer una fogata. El humo aleja los mosquitos bastante bien y se puede pasar el rato, hasta que a partir de cierto momento, desaparecen.

Pero bueno, ¡parece que estoy enganchado en los insectos! En realidad, hoy quería hablar (¿escribir es hablar?) de otros animalitos del trópico, en especial de las aves, que las hay, muchas y muy variadas.

Y es que desde antes de que amanezca, todos los días del mundo hay un concierto celestial. Miles de pajaritos entonan sus cantos, comenzando unas dos horas antes de que salga el sol. A partir de cierto momento, ya dejan de cantar. Y durante el día se oyen con frecuencia otros pájaros, creo que mucho más grandes, a juzgar por la fuerza de sus sonidos. Las "guacharacas" es uno de ellos. Es un ave bastante grande, casi del tamaño de una gallina pequeña, que produce un sonido muy peculiar. Otros pájaros que se ven en bandadas en las tardes son los periquitos, que sobrevuelan la casa, en grupos de cientos, todos juntos, todos girando al mismo tiempo y todos yéndose simultaneamente. Se les conoce, además por el sonido que producen, una especie de chirrido muy particular.

Tucán venezolano que habita en las selvas del amazonas


Y aunque no se ven con frecuencia en estado salvaje, también hemos avistado a tucanes y loros. El tucán, en especial, es un pájaro muy bello. En algunas casas y hoteles se les tiene en libertad, pues se acostumbran a que se les alimente y no se suelen alejar y se muestran a los visitantes. ¡Bello animal!

Hablando ya de otros animales, muchas veces nos hemos topado con "rabilelaos", que es el nombre que les da a estos extraños y torpes animalitos que, en realidad, son marsupiales. Es decir, como los canguros, llevan a sus crías en bolsas. Tienen un aspecto muy raro, como una especie de ratón grande y son tímidos y se alejan en cuanto pueden. Por las noches, en las carreteras, se les suele ver por el reflejo que producen sus ojos cuando los faros de los coches le iluminan.

El "rabipelao", un marsupial venezolano


Otro animal que se ve con cierta frecuencia es el "cachicamo", que es una variedad de armadillo y que está en peligro de extinción porque se le caza por su carne, que al parecer es muy sabrosa. Un día apareció uno cerca de la casa y los perros empezaron a ladrar y el animalito se asustó. Lo vimos cuando se alejaba, no muy rápido, del jardín. Otro día me encontré a los obreros que estaban haciendome la casa comiéndose uno asado. Desde luego, me horroricé y les formé tremendo lio, explicándoles que hay que respetar a los animalitos, en especial esas especies tan raras que aún andan cerca de la civilización. La verdad, en los últimos años se han visto muy rara vez y debe ser por que son buscados y cazados. No hay nada más triste que ver como matan, a palos, a uno de estos hermosos ejemplares.

Cachicamo (armadillo) de los llanos venezolanos


Desde luego, los venados abundan, sobre todo en los llanos. Y donde hay venados, hay cunaguaros. Este es un animalito bastante peligroso, que también está en extinción debido a su caza indiscriminada. El cunaguaro es un gran felino, muy similar al jaguar americano, pero de menor talla.

El cunaguaro, un felino venezolano
En una viaje que hice con mis hijos a lo más profundo de la selva venezolana, a Güaniamo (estado de Amazonas), donde hay la minería de diamantes, nos paramos en un puesto de la Guardia Nacional y para nuestra sorpresa estaban vendiendo uno, pequeñín, como un gatito, por un precio insignificante. Y eso que eran guardias cuyo trabajo, entre otras cosas, es la de preservar la flora y la fauna. La necesidad, amigos, hace que la gente se comporte como si nada le importara por unos pocos centavos. No me imagino adonde iría a parar este pobre animalito. Además del cunaguaro, hay otros grandes felinos (yo no les he visto salvajes, pero unos amigos que son cazadores si me han echado los cuentos) tales como el jaguar americano, que aquí llaman "tigre". Este animal forma parte de la cultura de los llanos venezolanos y es citado en canciones populares. Hay dos poblaciones en el estado de Anzoátegui llamadas El Tigre y El Tigrito. Seguramente tiene algo que ver con estos bellos animales.

El tigre también aparece en el floklore venezolano. Para muestra, les ofrecemos este joropo El Tigre de Payara.



Y termino por hoy con esta canción popular de los llanos venezolanos, El tigre de Masaguarito. Desde luego, la letra es difícil de entender, hay que oírla con mucha atención. ¡Que se diviertan!

 

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