miércoles, 12 de febrero de 2014

Un cumpleaños más

En el patio de la casa, en Carialinda, Venezuela, 
este 12 de febrero, con mi hijo Gabriel


Un blog es una bitácora; es decir, un libro donde se hacen anotaciones, día a día que se convierten, con el pasar del tiempo, en una historia o en un relato, más o menos organizado. Me propongo, con este blog, irle dando forma a una vieja aspiración que no termino de concretar: la de dejarle un legado -mi historia- a mis hijos, nietos o quienquiera que desee leerme, sobre algunas de mis vivencias en este trópico venezolano -y en otras tierras que he tenido la suerte de visitar. Comienzo, hoy, por el hecho más importante de este día: mi cumpleaños. Así va el blog...

Hoy, 12 de febrero de 2014, arribo a la considerable edad de 78 años. Y digo considerable porque hasta hace uno años, la expectativa de vida era muy inferior a esta mi edad actual. No se si es mi ADN, mi buena suerte, el estilo de vida que he llevado, la alimentación o mi estado de ánimo. Lo cierto es que llego a esta edad en relativa buena salud, con los trigliséridos y el colesterol bajo control, tensión arterial normal y un ánimo y deseos de vivir como nunca antes.

Claro que me canso. Los años, por muy bien que me vean los demás, no pasan en vano. Claro que ya no puedo hacer muchas cosas que antes hacía con facilidad. Por ejemplo, ayer tuve que pedirle a Gabriel que me abriera un frasco de mermelada: ya no tengo fuerza suficiente en mis manos... Tampoco puedo saltar y brincar, como antes. Y un largo etcétera de cosas que ya no puedo hacer.

Pero no me quiero concentrar en lo que NO puedo hacer, sino en lo que SI puedo hacer. Puedo caminar, pasear varios kilómetros, hacer ejercicios, preparar comidas para mi y para la familia, manejar un auto...; pero sobre todo, puedo escribir, pensar, meditar, puedo crear y poner mis pensamientos en este medio (que lo hace a uno, en cierto modo, inmortal). ¿Quien leerá este blog cuando ya no esté en esta tierra? No lo se. Pero lo que si se es que estará disponible (a menos que Google decida eliminarlo) por un tiempo, no sabemos si hasta el siglo XXII o hasta cuando.El soporte físico de las ideas (libros, papeles) es muy valioso y así ha sido durante siglos. Ahora, disponemos de este nuevo recurso, Internet: escribir y divulgar gracias a la red. Solo el futuro nos dirá si este medio durará tanto como los libros...A eso apostamos, a que dure. ¡Ay, amigo Gutenberg, que lejos y que cerca estamos ahora!

Bueno, por ser esta mi primera entrada no aburriré al lector. ¡Hoy cumplo años! ¡Hoy marco un cupón más, como dicen los venezolanos! Se supone que uno debe estar feliz, lleno de alegría, ... Pero, la verdad, no siento nada raro. Me siento como todos los demás días: feliz de estar vivo, feliz de tener unos bellos hijos, amigos que me aprecian, colegas que me admiran... Feliz de que todavía me puedo movilizar por mis propios medios, que todavía soy bastante autosuficiente (aunque le pida a Gabriel que me abra el frasco de mermelada...). Feliz, en fin, por todo lo bueno que me ha dado la vida. Y lo malo, también. Pues, como en el Ying y el Yang, todo lado brillante y bueno tiene su lado oscuro y negativo. Uno no sirve sin el otro: se complementan. Doy gracias a la vida por lo bueno y por lo malo también. Y para agradecer (por todo lo recibido), nada mejor que escuchar esta bella canción de Violeta Parra: ¡Gracias a la vida!



Termino con una foto de mi otro hijo, Miguel Angel, de hace un par de años. Y lamento que esté tan lejos y no pueda abrazarlo. A esperar ese día, pues...




Es todo por ahora... Hasta ¿mañana? Solo el destino lo sabrá.

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